Comentario 04/08/2025
LA
RIQUEZA DE LAS NACIONES
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
La
riqueza de las naciones y regiones del mundo es bastante desigual, lo cual
explica, parcialmente, muchas de las presiones sociales, políticas y económicas
que buscan mejores condiciones de vida y bienestar.
En
una publicación del Boston Consulting Group de los Estados Unidos se exploró
este tema, definiendo riqueza como la diferencia que se determina con la suma
de los activos reales (propiedades e inmuebles) y los activos financieros
(activos monetarios), restando de ellos el valor de los pasivos. (La República,
miércoles 8 de julio de 2025).
A
continuación, se presentan los datos de algunas regiones para hacer una
comparación entre ellas y observar la posición relativa de Colombia:
El
mundo, globalmente considerado, tiene una riqueza de $512,3 billones de
dólares, la cual creció un 4,4 % entre 2023 y 2024. Por su parte, América
Latina tiene una riqueza de solo $17,5 billones de dólares, con un crecimiento
del 2,2 %, y Colombia, una riqueza de solo $0,42 billones de dólares, con un
crecimiento del 1 %, el más bajo entre las regiones analizadas.
Si
comparamos el tamaño relativo de esas regiones con relación a América Latina,
encontramos que la riqueza del mundo es cerca de 30 veces la de América Latina;
la de América del Norte es 10,8 veces; la de Europa Occidental es 6 veces; y la
de Colombia, con un valor de 0,024 veces, es poco significativa. Por su parte,
América del Norte es cerca de 5 veces el tamaño de la riqueza de Europa
Occidental. La pequeñez de la riqueza de Colombia nos invita a reflexionar en
dos temas:
Por
un lado, somos un país relativamente pobre y con insuficiente riqueza para
mejorar el estándar de vida de todos los ciudadanos a un nivel superior. Ni aun
repartiendo la riqueza total por partes iguales entre todos los ciudadanos se
lograría una condición que signifique un aumento sustancial en la capacidad
económica y el bienestar de cada uno. Por consiguiente, el progreso de toda la
comunidad no se generará a partir de la distribución de la riqueza. Esta es una
vieja tesis del socialismo de Estado, que se cae por su propio peso con la
evidencia en todos los países que erróneamente han seguido ese camino. La única
forma de generar más riqueza no es repartiendo pobreza, sino generando más
crecimiento y desarrollo en la economía para que se traduzca en nuevas y
mejores oportunidades para todos los ciudadanos y, por supuesto, en más riqueza
en general.
Los
ciudadanos que tienen riqueza y la han invertido o ahorrado en su país ya están
contribuyendo a generar condiciones de mayor progreso y bienestar. Sin embargo,
aunque se eleve la productividad del capital invertido hasta ahora en la
economía, no será suficiente para aumentar significativamente los niveles
generales de riqueza.
Lo
segundo, entonces, es reconocer que somos un país con amplios recursos, pero
inexplorados e inexplotados; tenemos una gran riqueza potencial, pero si no la
ponemos a producir en niveles de explotación superiores, es como si no la
tuviéramos. Por ejemplo, la riqueza de los dos mares que Colombia posee se está
explotando muy poco, o la riqueza potencial de sus extensas zonas de llanura y
tierras fértiles para la explotación agrícola y ganadera en los llanos
orientales, en la altillanura y en otras regiones, también es como si no la
tuviéramos. El potencial de Colombia es enorme en el turismo, los servicios, la
producción de frutas y flores, el café y sus derivados, algunos sectores
industriales o comerciales y, por supuesto, la agricultura. En inversión en
infraestructura y progreso nos faltan montos significativos, y en ciencia y
tecnología también.
Nos
falta tecnología, conocimiento, organización y un propósito común y compartido,
no solo más capital de inversión y de trabajo. Colombia tiene un recurso humano
de buena calidad y preparación, y puede capacitarse más si se abre el camino de
la educación en la ciencia y la tecnología como un insumo disponible, siempre
presente y al más bajo costo posible. El empresariado comparte esta visión y
quiere desarrollarla si las condiciones de seguridad jurídica, política y
social lo permiten, siempre y cuando la incertidumbre y la desconfianza no sean
el lugar común para todo tipo de empresarios.
Pero
se necesita un gobierno y un Estado que remen junto al sector privado, todos
mirando hacia el mismo lado y empujando en la misma dirección para impulsar el
crecimiento, el progreso y el desarrollo por encima del enfoque de la
estatización y la distribución de la riqueza. El gobierno, con sus políticas
públicas y la orientación de sus esfuerzos de forma eficaz y eficiente en temas
tales como justicia, paz, educación, gasto social, seguridad y proyectos
productivos e infraestructura, sería un gran impulsor de la generación de mayor
riqueza en Colombia, junto con el sector privado. Más gestión de desarrollo y
progreso, y menos ideología, es lo que el país necesita.
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