jueves, 18 de mayo de 2023

LOS ROLES DE LOS ESTADOS DEMOCRÁTICOS

 Comentario 29/05/2023

 

LOS ROLES DE LOS ESTADOS DEMOCRÁTICOS

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Aunque no existe una definición única, en general se acepta que el Estado es una forma de organización política de una comunidad (los ciudadanos de una nación) que viven en un territorio determinado (su geografía), y están sometidos a una constitución (las leyes que los rigen), a unos los órganos de gobierno (el poder público), y a unas instituciones que ejercen poder para organizar la población y el territorio.

Normalmente, en los Estados modernos, existen tres poderes diferenciados: legislativo, ejecutivo y judicial, así: Poder legislativo: Encargado de elaborar las leyes que rigen el Estado; Poder ejecutivo: Es el encargado de administrar el Estado. En un régimen presidencialista este poder lo ejerce el presidente, quien es elegido democráticamente a través del voto popular. En un régimen parlamentario, lo ejerce un primer ministro que preside el gobierno, el cual se forma según los acuerdos entre los partidos; y finalmente, el Poder judicial: Encargado de administrar la justicia y hacer cumplir la ley.

Estos tres poderes deben ser independientes entre sí. De esta forma, un poder no controla a los otros, aunque sí puede vigilarlos e interactuar con ellos en forma armónica para el beneficio de toda la comunidad. Asimismo, se les puede diferenciar por los distintos encargos que deben cumplir, pues el Estado tiene la función de legislar (elaborar leyes), ejecutar (llevar a cabo la administración estatal) y enjuiciar (a través del poder judicial).

Ahora, lo más importante de un Estado es su relación con la sociedad, la cual está imbuida de las conductas políticas de los gobernantes de turno, es decir, no todos los gobiernos se relacionan de igual manera con los ciudadanos, su propiedad privada, sus derechos y deberes y sus actividades económicas. Además, el concepto de propiedad y el de la libertad para ejercer iniciativas privadas son determinantes para entender el tipo de sociedad de cada nación.

También, la función del Estado, como un todo, puede, en sí misma, tener una orientación, desde un Estado plenamente liberal hacia un Estado social de derecho, como es Colombia actualmente, y luego de la constitución de 1991. El rol del Estado Social de Derecho en Colombia propende no sólo por la igualdad de derechos y deberes para todos, sino, además, por suprimir la desigualdad social. Con el término ‘social’ se señala que la acción del Estado debe dirigirse a garantizar a los ciudadanos condiciones de vida dignas, en todo lo posible. Es decir, con este concepto se resalta que la voluntad de la Constituyente de 1991 en torno al Estado no se reduce a exigir que no interfiera o recorte las libertades de las personas, sino que también exige que el mismo se proponga contrarrestar las desigualdades sociales existentes y a ofrecerle a todos las oportunidades necesarias para desarrollar sus aptitudes y para superar los apremios materiales. Sus propósitos poseen mayor alcance y tienen en cuenta, entre otros, fomentar la prosperidad general, asegurar la eficacia de las normas, derechos y deberes estipulados en la Constitución, permitir la intervención de todos en las determinaciones que repercuten en ellos a través de la opinión y el voto, e incidir, por lo tanto, en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación, para garantizar el ejercicio de un orden justo.

Para esto, el Estado Social de Derecho en Colombia dispone de facultades de participación en la economía, las cuales deben estar enfocadas a conseguir los propósitos generales del Estado y los objetivos específicos de la intervención económica enunciados fundamentalmente en el artículo 334 de la Constitución de “asegurar que todas las personas, en particular las de menores ingresos, tengan acceso efectivo a los bienes y servicios básicos” (art. 334 de la C.P., inc. 2°).

El alcance del principio de Estado Social de Derecho en Colombia respecto de la relación entre las autoridades y las personas individualmente consideradas es bastante amplio, y se ve reforzado por los principios fundamentales de la dignidad humana, el trabajo, la solidaridad (art. 1° de la C.P.) y la igualdad (art. 13 de la C.P.). De hecho, los rubros de mayor peso en el presupuesto público de Colombia son salud, educación, la protección y el bienestar social, los cuales representan un poco más del 60% de las erogaciones. Si se excluye el servicio de la deuda, este porcentaje sería de cerca del 80%. Entendido el concepto de Estado social de derecho, como promotor del bienestar para todos los ciudadanos, sin embargo, la profundidad de su intervención en los intereses privados varía de grado y orientación en dos ámbitos diferentes:

Por un lado, en materia de propiedad, desde una propiedad individual hasta una propiedad que busca ser colectiva. Por supuesto, y por definición, la propiedad colectiva busca ser más social, solidaria y más igualitaria, que la propiedad exclusivamente individual. Si bien la constitución colombiana proclama que, de todas maneras, la propiedad privada, siendo privada, tiene una función social y por eso está sometida a gravámenes de diferente tipo y a regímenes de aprobación o licencia previas para su uso y disfrute, en muchos casos. Además, en situaciones en las cuales razones de utilidad pública o interés social resulten en conflicto, el interés privado deberá ceder al interés público o social. Este límite de la propiedad privada presupone que exista una ley previa que defina los motivos de utilidad pública o de interés social. De allí, que ciertos proyectos privados tengan que consultar un rasero público social, económico, ambiental o comunitario, para poderse ejecutar.

Por otro lado, la participación del Estado en el desenvolvimiento económico del país puede ser de una característica muy interventora y ejecutora, por sí misma, o de una condición más supervisora de la actividad privada para evitar los exceso y abusos de las empresas e intereses monopólicos, oligopólicos o dominantes. La orientación, entonces, de los Estados democráticos según su inclinación constitucional o la específica intención política de sus gobernantes variará desde una orientación social-democrática hasta una orientación capitalista-democrática.

No hablamos de Estados comunistas donde hay restricción a las libertades civiles ni de los Estados exclusivamente neoliberales, ni tampoco de corrientes políticas tales como: liberalismo, conservatismo, progresismo, anarquismo, fascismo o comunismo, entre otros grados y matices que puedan existir. Estos últimos son ideologías que los gobernantes llevan a su estilo de gobierno, aún dentro de una misma constitución.

En general, el intervencionismo de Estado, con gobiernos que tratan de ser injerencistas, limita la iniciativa privada y termina por anular la competencia y la competitividad empresarial, al concentrar muchas actividades en cabeza del Estado, con los problemas de corrupción, ineficiencia y politiquería que los suele acompañar, restándole oportunidad a los particulares para realizar su labor de progreso y bienestar.

¿EXODO USA?

 Comentario 22/05/2023

 

¿EXODO USA?

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

En los últimos años hemos visto con horror el éxodo de ciudadanos de diferentes nacionalidades hacia USA, especialmente gentes suramericanas y centroamericanas para buscar un espacio y una oportunidad económica y social diferentes a la de sus países de origen. Lamentablemente, estas migraciones no son legales y no pasan por trámites formales para el ingreso a ese soberano país, quien dispone de unas leyes, normas, trámites y reglamentos para dar regularidad a los miles de ciudadanos que las realizan con la oportunidad y el rigor necesarios, lo cual les permite acceder a facilidades laborales y de bienestar social en dicho país. De hecho, desde su origen como nación, EE UU ha sido considerado como un país de emigrantes, desde muchas geografías del mundo, lo cual le ha dado características de diversidad ciudadana, cultural, social y de habilidades técnicas y científicas, que lo han llevado a ser un país con gran desarrollo y con una constitución política democrática.

Son causas excepcionales para el ingreso a USA las razones de violencia o las de persecución política en los países de origen de los solicitantes de visas y permisos de permanencia y trabajo, pero, aún, en dichos casos, se aprueban con el pleno cumplimiento de los requisitos. La emigración incontrolada de ciudadanos desesperados se origina en la realidad de exclusión, pobreza o persecución de sus países o a veces impulsados por las llamadas bandas de “coyotes” que supuestamente les “facilitan” los caminos y las rutas de traslado, a cambio de jugosos pagos en dólares.

Los colombianos somos testigos, en los últimos años, de dos hechos que enfatizan esta realidad: el éxodo de venezolanos especialmente hacia Colombia, como país alternativo, y el éxodo de sudamericanos y aún africanos y asiáticos a través del Tapón del Darién, así llamado por lo peligroso y cerrado de la selva que comunica a Colombia con Panamá. Es cierto que muchos venezolanos han encontrado refugio en Colombia y en otros países de Suramérica, pero demasiados son los que forman parte de ese éxodo a través del Urabá chocoano. El Tapón del Darién es el punto final en Colombia de una migración que va en aumento. Entre 100 y 200 migrantes atraviesan cada día el mar Caribe, desde Necoclí hasta el corregimiento de Capurganá, para seguir su camino y adentrarse en la selva del Tapón del Darién en la ruta que pasa por Centroamérica y finaliza en Estados Unidos y Canadá.

Los videos que se han filmado de esos “ríos” de migrantes, con composiciones étnicas, de edades y condiciones tan disímiles, son una verdadera ofensa a la humanidad, un despiadado abuso de los traficantes, y una desnuda realidad de lo que han dejado atrás en sus países. No es fácil comprender cómo alguien se atreve a hacer dichas trochas, húmedas, llenas de fango, peligrosos insectos y reptiles, empinados caminos, condiciones inclementes, falta de agua y alimentos, falta de cobijo adecuado y ni siquiera el calzado que llevan les permite un seguro caminar en esas condiciones tan resbalosas y de agreste geografía. Muchos han muerto en esa travesía, de los cuales nadie tiene ni registro ni recuerdo.

¿Por qué sucede todo esto? Cada país tendrá que dar su respuesta; desde mi punto de vista hay dos grandes explicaciones:

  • La falta de oportunidades reales en los países de origen de los emigrantes, o sus condiciones de violencia guerrillera armada, la persecución política o la violencia común, no les deja opciones de vida digna a miles de ciudadanos, todos los cuales tienen derecho a construir un futuro de progreso y bienestar. Si los gobernantes de estos países fueran conscientes del daño que hacen a sus conciudadanos con sus actitudes de falta de compromiso con la generación de oportunidades y el combate a las violencias de todo tipo, y que, en lugar de enfrascarse en la polarización, la ineficiencia, la corrupción y la politiquería, lo hicieran en establecer programas y proyectos que potenciarán la economía y el desarrollo de sus países, con lo cual le pondrían un pilar enorme a la solución del éxodo USA.
  • Por su parte, el país preferido por los emigrantes es, precisamente, USA, porque ha hecho mucho para desarrollarse como economía moderna, avanzada, productiva y democráticamente gobernada. No se ven corrientes de migrantes para llegar a Cuba, Venezuela, Nicaragua o Argentina, por ejemplo. Además, nunca hemos sabido de corrientes de éxodo de norteamericanos saliendo de su país para buscar refugio en otras economías y naciones.

Dos reflexiones adicionales:

  • Si los venezolanos, cerca de 2 millones que hay en el país, están encontrando oportunidades en Colombia, ¿por qué hay colombianos queriendo atravesar el Tapón del Darién y buscar el “sueño” americano en USA?, debería ser posible, para ellos también, que el país fuera una fuente de oportunidades, aunque haya condiciones de informalidad o empleo por cuenta propia, pero mejores condiciones de vida digna.
  • Los Estado Unidos, efectivamente, es una nación de gran progreso y desarrollo, pero también tiene su propias carencias, falencias y falta de oportunidades, más aún si se llega a ese país por las vías irregulares. Fenómenos como la alta inflación, la desaceleración económica y de algunos sectores ciudadanos en pobreza, nos deben permitir apreciar, nuestras propias condiciones de desarrollo en Colombia, nunca tan buenas, pero sí permiten que, en una colaboración armónica entre los sectores públicos y privados, se generen cada vez más y mejores oportunidades. Poco nos ayuda la polarización política derivada de la ideologización del gobierno actual, lo cual nos impide sacarle “más brillo” a nuestro crecimiento y desarrollo, para generar mejor bienestar y mayores oportunidades para cada vez más colombianos o residentes. 

domingo, 14 de mayo de 2023

¿Y DEL CRECIMIENTO Y DEL DESARROLLO QUE PODEMOS ESPERAR?

 Comentario 15/05/2023

 

¿Y DEL CRECIMIENTO Y DEL DESARROLLO QUE PODEMOS ESPERAR?

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Pasados los 9 primeros meses del gobierno de Gustavo Petro, aún no vemos cuáles son sus planes concretos para crecer, desarrollar, diversificar y hacer progresar la economía del país. Hasta ahora, y fuera de la reforma tributaria que se aprobó el año pasado, a través de una coalición de gobierno recién establecida con los partidos liberal, conservador y de la U, no hay otras gestiones que puedan palparse como eficientes y eficaces en el mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar de los colombianos.

Su gobierno se ha enfrascado en una gran cantidad de “luchas” ideológicas a través de sus discursos de plaza pública y de balcón, así como en el lanzamiento y “discusión” de su llamadas reformas sociales (laboral, pensional y salud), las cuales, o bien han sufrido un calvario de contradicciones y de “ires y venires” con los partidos políticos, los miembros del propio gabinete (varios ya retirados por esas contradicciones), las organizaciones sociales, el empresariado y la ciudadanía, o bien han tenido un tortuoso trámite en el Congreso, lleno de impropiedades.

La discusión política ha girado alrededor del papel del Estado y del sector privado en la prestación de algunos servicios sociales, así como en la administración de recursos del Estado por parte de los particulares. Pero también, con un enconado discurso contra las que él denomina las clases privilegiadas, los banqueros y las oligarquías, generando o motivando un odio y una lucha de clases. Además, la argumentación sobre las que considera necesarias reivindicaciones sociales para superar la pobreza y el llamado a la movilización ciudadana para defender las obras de su gobierno y las reformas legales mencionadas. Todo un mar de discusión política, agresiva y desafiante, que aceitará en grado sumo la polarización política que ya existía en el país desde el proceso de paz de Santos en el 2016.

Dichas acciones de gobierno con sus leyes reformadoras, hasta el momento puede afirmarse que no tienen pleno y transparente respaldo y que, en su tránsito por el Congreso, no está garantizada su aprobación, dada la fuerte oposición de los partidos que no acompañan al gobierno y la desintegración de la coalición de gobierno, así como la opinión pública desfavorable que han generado. De hecho, su imagen como presidente ya sólo tiene una favorabilidad del 30% cuando partió de cifras cercanas al 60% al inicio de su mandato.

El proceso de trámite en el Congreso de la República es un atasco monumental, ya que, confiado en sus mayorías ya desintegradas, esperaba la aprobación tipo “fast track” de las mismas y en el mismo momento, sin embargo, serán materia de largos debates, ajustes y conciliaciones para poder ver la luz. Ya su alfil en el Congreso, el senador Roy Barreras, anunció la imposibilidad de tramitarlas todas con la celeridad, con el cumplimiento de los reglamentos y procedimientos necesarios, así como también con su retiro forzoso del Congreso como su presidente, por decisión del Consejo de Estado al declararle doble militancia.

Lo malo es que ni su programa bandero de la paz total parece tener “buen viento y buena mar”, es un sartal de “anzuelos”, enredado, farragoso, sin claras y precisas zonas de logros y de defensa de la constitución, del interés ciudadano, de las fuerzas militares y, especialmente, de las tan cacareadas víctimas. Así mismo, la reforma rural integral, apenas si camina, y la idea de la entrega de los 3 millones de hectáreas a las que se comprometió, de acuerdo con el mismo acuerdo de paz de Santos, se han empantanado en problemas legales, presupuestales, de trámite y de prioridades que no lo dejan avanzar, si bien ha contado con la oferta amplia de tierras disponibles de buena calidad por parte de del sector ganadero a través de José feliz Lafaurie, presidente de Fedegan.

La inestabilidad de los miembros de su gobierno por falta de nombramientos, por un lado, o por su alta rotación, por el otro, con criterios eminentemente políticos hace que haya muy pocos motivos de optimismo, como se dice “cada alcalde trae su cuadrilla y manda su año”, o sea nada comienza, persevera y termina. Tampoco sus relaciones internacionales han atravesado momentos de calma por su estilo confrontacional y desafiante con los que no comparten sus opiniones y su injerencia en otros países.

Y mientras tanto la economía comienza a atravesar un año de grandes dificultades, ya hay sectores que declaran los meses del inicio de año como de plena desaceleración, con fuertes descensos, como lo han manifestado los sectores de comercio, la industria, el inmobiliario y el de vivienda, el transporte, por ejemplo. La inflación, no cede, es demasiado alta, y deteriora todos los sectores económicos y la capacidad de compra, ahorro, pago o inversión de las familias, los precios de muchos artículos siguen por las “nubes” y su proceso de descenso parece que será lento y tortuoso.

Las autoridades tratan de controlar la demanda con medidas monetarias y de elevamiento de las tasas de interés, las cuales, aunque ayudan a desestimular el consumo, también enfrían la economía y detienen la inversión. Muchos empresarios afirman “¿con estas tasas quién invierte?”

Y ¿dónde está el papel contra cíclico del gobierno y del presupuesto público?, con obras, proyectos, desarrollos, programas y beneficios para sectores productivos o para la economía en general, tales que permitan mantener niveles de inversión, producción, empleo, desarrollo y consumo razonables. Definitivamente parece que del gobierno nacional no podemos esperar programas de crecimiento y de desarrollo, solo discursos de ideología de izquierda y discusión política polarizante.

domingo, 7 de mayo de 2023

DEMOCRACIA LIBERAL Y NEOLIBERALISMO

 Comentario 08/05/2023

 

DEMOCRACIA LIBERAL Y NEOLIBERALISMO

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Las tesis estatistas y autocráticas que han inspirado el gobierno y las reformas de Petro para darle preponderancia al Estado sobre lo privado, como ocurre con los proyectos de salud y de pensiones, por ejemplo, bajo las supuestas pretensiones de que, con relación al sector privado, el Estado lo hace mejor, con enfoque social y con principios de equidad e igualdad y es quien está llamado a administrar los recursos públicos, no así los particulares. Esta es una concepción ideológica de izquierda que favorece la gestión del Estado frente al desarrollo privado, según la cual los intereses privados en la ejecución de los asuntos estatales son sólo el lucro y el aprovechamiento del dinero del Estado proveniente de los impuestos y contribuciones de todos los ciudadanos. En la práctica, el estilo de gobierno del presidente Petro está atentando contra la democracia, las instituciones y la empresa privada, veamos algunos de los porqués, con hechos recientes:

  • Invitación a movilizarse en las calles a jóvenes, trabajadores, indígenas, estudiantes, obreros, etc., para debatir sobre las obras de su gobierno.
  • Coacción al congreso y a las cortes: “lo que no se apruebe en el Congreso se logrará en las calles” y “la teoría del enemigo interno que no lo deja gobernar”
  • Amenazas a los partidos políticos: a raíz de la crisis de gobernabilidad de su coalición de gobierno: “Si no se aprueban las reformas habrá una revolución”.
  • Petición de facultades extraordinarias por todo y para todo, como si no existiera el Congreso para legislar.
  • Reforma del papel de las fuerzas armadas y de la policía y desmonte gradual de su accionar contra el delito y la guerrilla.
  • Disposición a revisar el modelo de desarrollo económico del país en la negociación con el ELN, con más impunidad y gabelas a los alzados en armas, además.
  • Intervención en gremios para que obren según su voluntad.
  • Reformas estatizadoras: salud y pensional
  • Amenazas al sector privado: “AFP y EPS van a desaparecer”.
  • Y, para no alargar, muchos otros etc.

Nada más lejos de la verdad que pensar que el Estado, por no tener fines de lucro, lo hace mejor que el sector privado en materia empresarial. Por supuesto, y hay que decirlo con todo el énfasis, el ánimo de generar crecimiento, desarrollo, beneficios económicos, empresariales, sociales y ambientales es lo que acompaña el interés del sector privado. Todas estas motivaciones son legítimas y necesarias, de hecho, son los “motores” que impulsan al empresario privado a enfrentar los riesgos de los negocios y de los mercados, la competencia de sus émulos o pares y los desafíos cotidianos de hacer empresa y progresar. En esto no hay nada de raro ni de malo, por el contrario, es el acelerante de la dinámica de los negocios a nivel micro y de los resultados económicos de todo un país a nivel macro y, por consiguiente, de los resultados sociales de progreso y bienestar de todos sus ciudadanos. Con estas reflexiones no estamos desconociendo el papel y la dinámica que los Estados pueden y deben realizar en favor de la economía, las instituciones, el desarrollo público y privado y el mejoramiento en el nivel de vida de todos los ciudadanos.

Ahora, dos conceptos fundamentales para el buen desempeño del sector privado son, precisamente, la democracia liberal y el llamado neoliberalismo, veamos:

La democracia liberal es una forma de gobierno que consiste en la participación de los ciudadanos en la dirección de los asuntos del Estado y de las comunidades a través de la opinión y del voto para elegir representantes en las instancias de gobierno. Se caracteriza por la realización de elecciones en las cuales participan múltiples partidos políticos y distintas corrientes de opinión, una separación de poderes en diferentes ramas del gobierno, que están sujetas al Estado de derecho (Constitución), una economía de mercado con propiedad privada y la protección equitativa de las libertades civiles y políticas. En resumen, la democracia liberal es un sistema político que se basa en la libertad individual y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley (tanto en derechos como en obligaciones).

Por su parte, el neoliberalismo es una teoría política y económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado en la economía, favoreciendo la actuación del sector privado, de los empresarios, de los empleados, de las organizaciones gremiales y de la ciudadanía en general. También ha sido definido como “una forma de liberalismo que apoya la libertad económica y el libre mercado”, cuyos pilares básicos incluyen la privatización y la desregulación, lo cual se asocia, en forma despectiva, por los sectores de izquierda como el llamado “capitalismo salvaje (afán de lucro y explotación económica del capital al trabajo)” o el famoso sálvese quien pueda en términos económicos y sociales.

Al contrario, de acuerdo con un estudio de Fedesarrollo, en los últimos 20 años avanzamos notablemente en reducir la pobreza, gracias al crecimiento de la economía. El 72% de esa disminución se explica por los aumentos en la inversión, en las ocupaciones productivas y en la educación, mientras que sólo 9% se debe a las transferencias monetarias que hace el gobierno. Hay que crear riqueza para combatir la pobreza, y, quien crea esa riqueza, es el sector privado.

El presidente Petro y su gobierno son la mayor prueba de que la democracia liberal funciona, de sus instituciones, del pago de impuestos y contribuciones del sector privado, de la generación de inversión, crecimiento, empleo y desarrollo del llamado neoliberalismo, que no es más que la economía privada, la cual, si el Estado y el gobierno de turno, no se atraviesa con una ideología radical y anti empresarial, seguirá generando desarrollo, progreso y bienestar. Hay que defender la democracia liberal y el empresariado privado, si queremos avanzar como sociedad.         

lunes, 1 de mayo de 2023

HABEMUS PETRO

 Comentario 02/05/2023

 

HABEMUS PETRO

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
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Cuando se nombra un nuevo papa de la iglesia católica en Roma, el anuncio de su nombramiento por el colegio cardenalicio informa que “habemus papam”, lo cual significa que un nuevo papa ha sido elegido, para dirigir la iglesia católica como representante de Cristo en la tierra, y, por dogma religioso, se le concede la llamada infalibilidad en los temas de la iglesia, es decir, lo que el papa diga debe creerse por fe y debe aceptarse como verdad para la iglesia. Se dice, entonces, que el papa habla ex cátedra.

Pues bien, el presidente Petro, a más de su ideología de izquierda radical (progresista, como suelen autodenominarse), exhibe un talante autoritario y dictatorial, bastante intervencionista e imperativo, como si hablara también ex cátedra, en lo “divino y lo humano”, lo cual no favorece la concordia necesaria para el buen gobierno.  De hecho, debe recordarse que él ganó por un número pequeño de votos (50,4% Petro, 47,3% Hernández), sin embargo, su compromiso institucional, de acuerdo con la propia Constitución de la República, es gobernar para todos los ciudadanos, sean de su color político o contrarios a sus motivaciones ideológicas. Él fue elegido para gobernar, y es lógico que lo haga con los principios que defendió durante su campaña, entendiendo que su mandato no es de grupo político sino de Estado y nación, donde deben ocupar un lugar los diferentes pensamientos y conductas de los colombianos. Veamos algunos de los eventos recientes de su actuación imperativa:

  • Intervención en asuntos políticos o judiciales internos de otros países, como lo ha hecho con temas de Venezuela, Chile, El Salvador, Guatemala o Perú, por ejemplo, donde sus afirmaciones promueven su ideología o convicciones propias, sin respeto por la sagrada conducta de la no intervención en los asuntos, leyes y decisiones judiciales internas de otros países.
  • Imponer al mundo un cambio frente al combate al narcotráfico, desde la erradicación de cultivos hacia la interdicción de las bandas, como si el país fuera la verdad revelada en esta materia, sin considerar la complejidad de los problemas que causa la no erradicación y sustitución de los cultivos, lo cual indudablemente está favoreciendo el crecimiento acelerado en el número de hectáreas de cultivos en Colombia ( ya se habla de más de 300.000 hectáreas y pronto tendremos cultivos hasta en los techos) y, además, bajo la premisa de regularizar el uso recreativo de las drogas, con consecuencias insospechadas desde el punto de vista de la afectación a la sociedad.
  • En materia de exploración y explotación de hidrocarburos su posición consulta criterios ideológicos, pero va en contravía de los intereses, posibilidades y necesidades del país para lograr un tránsito apropiado hacia energías limpias, lo cual es una compleja solución que compromete tiempo e inversión. Cero fracking, cuando tiene un reconocido uso y efectividad sin daños al medio ambiente en países más desarrollados. Al paso que vamos, agotaremos nuestras reservas de petróleo y gas hoy disponibles para 8 años, y, ¿luego qué seguirá para el país sin tener disponibles y activas en toda la economía las energías limpias sustitutivas?
  • Tratar de imponer en la ONU y en Colombia sus criterios como los únicos válidos y merecedores de reconocimiento y actuación, en materias como el cambio climático.
  • Su intención es la de modificar sistemas de alto contenido social, con un criterio estatista, asistencialista y populista (demagógico), como lo pretende hacer con las reformas a la salud y a las pensiones, las cuales hoy funcionan bastante bien y producen enormes benéficos a los ciudadanos, aunque sean susceptibles de mejoramiento, modernización o actualización, como ocurre con todo tipo de organizaciones humanas sometidas continuamente a cambios de carácter legal, tecnológico o ciudadano. De hecho, sus anunciadas reformas lo que pretenden, en el fondo, es la estatización de la decisión y la acción en muchos sectores y actividades de la economía para pasar a ser influenciados por su conducta autoritaria e intervencionista. Por el mismo camino va la reforma laboral, con un carácter redistributivo y reivindicativo, con afianzamiento sindical de por medio, sin promover la generación de empleo y la superación de la informalidad.
  • En el tema del medio ambiente tiene una obsesión por la defensa del entorno natural a ultranza, sin medir que la ciencia y la tecnología cada vez más nos permiten el uso de los recursos naturales y su protección y renovación, evitando su afectación permanente y el efecto invernadero que produce el cambio climático.
  • La paz total es un concepto loable, por sí mismo no admite discusión como tema de interés nacional, sin embargo, la Paz a cualquier costo nunca será bienvenida, ni perdurable, y puede volverse la gran fuente de impunidad y nuevas violencias.
  • La negociación con grupos criminales para obtener su desarme, a partir de otorgarles benéficos jurídicos y la no aplicación de conductas penales o el no combatirlos por las fuerzas policiales y militares hará proliferar el concepto de “Ser pillo paga”.
  • Cambiar las reglas de la extradición para buscar beneficios para el país con los dineros de los narcotraficantes tampoco es un principio sano, prácticamente es el famoso “interés, ¿cuánto valés?”
  • La conducta sinuosa frente al rol constitucional de las fuerzas militares y de policía y su desmantelamiento gradual, nos llevan a un camino con final muy oscuro.
  • La liberación de participantes en las manifestaciones sociales, acusados de graves afectaciones a los bienes públicos y privados, a los propios ciudadanos y a la economía, es una clara intromisión en el campo de la justicia.
  • El nombramiento de personas no vinculadas con la carrera diplomática en cargos de esta especificación en el exterior parece más un pago de favores políticos que acciones de buen gobierno.
  • Restablecer relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela sin condiciones y sin verificar que ha sido patrocinador de los movimientos guerrilleros en Colombia, gran causante del éxodo de los venezolanos y de la expropiación de sus recursos por parte de la camarilla política que la gobiernan, todo lo cual ha afectado los intereses comerciales y de seguridad del país, parece más un favorecimiento ideológico que una real medida de progreso y bienestar para los dos países y sus fronteras comunes.
  • Su influencia en la dirección de gremios y asociaciones privadas del país es una clara injerencia del Estado en lo privado. El último bochornoso caso es el de la Federación Nacional de Cafeteros, donde promovió la salida de Roberto Vélez, el anterior gerente y rechazó el nombramiento unánime y autónomo de Germán Bahamón, el nuevo gerente.

En fin, en la forma en que vamos, Habemus Petro para rato, con su talante dogmático y casi que, con su pretensión de hablar con la infalibilidad de los Papas romanos, en los asuntos del Estado y del Gobierno, para pasar por encima de los ciudadanos que no lo favorecen, del ordenamiento jurídico y del marco institucional del país. Aunque él manifieste que su mandato durará cuatro años, lo que está haciendo tendrá su influencia y la de su grupo político o sus aliados “lentejistas” por muchos años. Pobre Colombia con el “pontífice” de Petro y su obstinación para gobernar a todos los colombianos con ideología radical y no con buen gobierno y políticas de Estado adecuadas. Con razón su imagen favorable decrece día a día en las encuestas de opinión.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

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