lunes, 2 de diciembre de 2019

EL CAMBIO DE MODELO


Comentario 2/12/2019
EL CAMBIO DE MODELO

Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
               ttp:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

Han continuado las marchas de protesta en el país[1], para manifestar el descontento, según se dice, esencialmente, con las políticas del presidente Duque, si bien las marchas no han estado exentas de un variado surtido de motivos, con los diversos contenidos. Obviamente, se ocupan también de algunas reivindicaciones sociales, políticas y económicas como conquistas a lograr por los marchantes, quienes afirman que no están dispuestos a dialogar porque lo que ellos van a hacer es negociar con el Gobierno Nacional, como si este último tuviera en sus manos la modificación de la Constitución y las estructuras de funcionamiento del Estado, a su antojo y su amaño, desconociendo la institucionalidad del país, sus leyes y particularmente el Congreso de la República y las Cortes, quienes las reforman y reglamentan.

Sin embargo, al escuchar con detenimiento a los líderes del paro, su movimiento esta frontalmente dirigido al cambio del modelo económico, político y social del país, es allí donde ponen todas sus esperanzas. Muchas de sus manifestaciones sobre educación pública, no actuación de la fuerza pública (ESMAD), cambios en la justicia, la corrupción, la salud, etc., son simples menciones del asunto verdaderamente de fondo que es el cambio en el modelo de país que hoy tenemos. De hecho, aunque mucho se ha afirmado que son protestas contra el gobierno y las decisiones del Presidente Duque, yo no lo creo, en realidad es contra el modelo, no contra Duque, éste es un “accidente” en el proceso revolucionario del cambio radical de una sociedad, aunque Duque y sus ministros también merezcan un llamado de atención por lo que han sido en varios casos sus desaciertos.

En la práctica, podría ser titular de la presidencia otro personaje y también buscarían que se cayera, pues cayéndose el presidente, se cae gran parte de la institucionalidad y con ella se erosiona de manera grave el modelo económico, político y social del país. Así que, saquémonos de la cabeza que el “malo” para los manifestantes es Duque, no, el malo, para ellos, es el modelo que nos acompaña en el desarrollo de nuestra vida institucional como nación, democrática, libre, soberana, con la misión de país de ser un estado social de derecho. ¿Y qué es, entonces, lo que se quiere cambiar?

Hay dos variables estructurales de naturaleza económica que caracterizan los modelos económicos de los países, ellas son:

1.    Economías abiertas o cerradas según sea la relación del país con otras naciones en cuanto a intercambios de comercio de bienes, servicios, inversiones y relaciones diplomáticas. Las economías occidentales, en general son economías abiertas, han suscrito tratados de libre comercio y complementación económica para desarrollarse mutuamente, inclusive algunos han formado bloques económicos como los países del Asia Pacífico, por ejemplo, y aún uniones económicas como la Unión Europea. En estos estados hay una plena libertad de empresa e iniciativa privada, supervisada por el Estado para evitar los excesos del mercado, pero no intervenida por el Estado. El propio mercado interno y externo moldea a los competidores y cada vez los pone a competir con más calidad y valores agregados. Su único y más preocupante peligro es que haya tanto poder económico en algunos grupos empresariales que quieran condicionar al Estado y a la ciudadanía, como se afirma hoy de las plataformas de Facebook, Twitter, Instagram, etc., o el descontrolado y perniciosos estilo y uso en que se han convertido las redes sociales.

2.    Por otro lado, hay economías de corte liberal capitalista, de carácter democrático, donde los particulares pueden desarrollar, con libertad e independencia, sus iniciativas de inversión o de vida, preservar sus propiedades como privadas y tener un régimen de libertades públicas y ciudadanas, aspirar al progreso individual en la vida profesional, familiar y empresarial, como es Colombia actualmente. Todo lo cual se contrapone con economías que desarrollan un socialismo de estado, donde es el poder del Estado quien interviene en todos los sectores del desenvolvimiento del país, de la propiedad privada (no existe, los bienes están en función del Estado), de la inversión individual, del destino de los ciudadanos y de su modelo de vida, con autoritarismo y en ocasiones con autocracia, como ocurre hoy en Venezuela. En estas sociedades, el Estado concentra todos los poderes y es casi que omnipotente en todas las decisiones, sin ninguna consulta o participación democrática a los ciudadanos.

A su vez, hay dos variables sobre las libertades individuales que también caracterizan los modelos económicos, políticos y sociales:

3.    Los países con democracias liberales están sometidos al régimen de elecciones y votaciones para determinar sus representantes en los órganos de dirección, con división de poderes (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Órganos de Control y Órganos de defensa) y periódicas consultas a la ciudadanía sobre los temas de trascendencia para la comunidad. Ocasionalmente reforman sus leyes con mecanismos institucionales como las Asambleas Constituyentes, los referendos, las consultas, los plebiscitos, etc. Hay libertad religiosa, de opinión política, y de convicciones ciudadanas, hay pluralidad.

4.    Los países con economías caracterizadas por el socialismo de estado, no son en realidad países libres para los ciudadanos, hay dirigismo del Estado y en él se concentra el poder y decisión de las mayorías en asuntos de carácter comunitario y estatal y de las relaciones exteriores con el resto del mundo. Los ciudadanos no participan, no son consultados, su opinión vale poco, es la camarilla que gobierna quien toma decisiones y ella misma las cambia a su conveniencia, las supervisa con supuestos organismos de control nombrados y administrados por ellos mismos. Se llega a Estados de partido único, gobierno único y permanencia indefinida en el manejo y control del gobierno (no hay quien “destornille” a un socialista de su cargo público un vez lo ocupan). No los cambia nadie, son autócratas y algunos verdaderos dictadores.

Con toda la imperfección que pudiera tener del modelo capitalista liberal, democrático, con libertad individual, economía privada, enfoque de mercado abierto y propiedad privada, con marco electoral, división de poderes y representatividad ciudadana, sería impensable en Colombia aceptar un modelo con socialismo de estado, concentración de poder, acción y decisión sólo en la camarilla que dirige el estado, partido único, ausencia del ciudadano en las decisiones del Estado, perdida de la propiedad privada, de la iniciativa individual y una total autocracia e intervencionismo por parte del estado.

Son todos los ciudadanos lo que tienen que decidir, pero bien informados sobre lo que pierden y ganan en cada modelo económico, político y social. Yo prefiero el que hoy tiene Colombia y no el que se nos quiere imponer por los marchantes actuales, quienes se han tomado la vocería de la ciudadanía, hablando en nombre de “todos los colombianos”, sin ningún derecho para hacerlo, son socialistas y por lo tanto autocráticos. Animo Colombia, no nos dejemos imponer un modelo político y social que no es el nuestro.


[1] Al igual que en Colombia, las marchas (cacerolazos) son un fenómeno de varios países en Latinoamérica, lo cual demuestra que hay detrás de ellas hay una intención y una organización estructuradas, no es algo ocasional o momentáneo.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...